viernes, 7 de diciembre de 2012
miércoles, 5 de diciembre de 2012
LOS SIETES SABERES NECESARIOS
PARA LA EDUCACIÓN DEL FUTURO
Autora: Prof. Glenys Aro
LOS SIETES SABERES NECESARIOS PARA LA EDUCACIÓN DEL FUTURO
El texto “Los siete saberes necesarios para la
educación del futuro”, de Eduardo Morín, puede considerarse una respuesta a las
barreras que presenta la educación para avanzar. Una de ellas es la resistencia
de los actores principales como los docentes al cambio, otra es la falta de
políticas educativas eficientes que incorporen herramientas adaptadas a las
realidades cognoscitivas y tecnológicas de nuestros días, entre otras. Además
de ser una muestra del discurso filosófico-poético de uno de los pensadores más
agudos de la actualidad donde expresa sus ideas sobre la esencia misma de la
educación del futuro, dentro de su visión de pensamiento complejo con la
intensión de suscitar un debate que contribuya a ayudar a los educadores y
dirigentes a dilucidar su propio pensamiento acerca de cómo orientar la
educación hacia un desarrollo sostenible. Para Morín el asunto está en siete
saberes fundamentales que el hombre ha conocido y descuidado y que requiere
retomar para alcanzar promover valores y principios en educación que hagan
posible optimizar la formación humana ante los retos del siglo XXI.
Su propuesta no es un
esquema ideado como receta mágica, sino una flecha que aspira entrar hasta la
última de nuestras células para que reaccionemos y fijemos nuestra atención
sobre esos detalles que por su simplicidad y cotidianidad pasan desapercibidos
ante los ojos de los investigadores.
De forma esquemática
se presenta un resumen de la esencia de los siete planteamientos fundamentales de
Edgar Morín respecto de la educación de futuro, ellos son:
Ø
Las cegueras del conocimiento: el
error y la ilusión
En el primer saber,
Morín expone que todo conocimiento conlleva el riesgo del error y de la
ilusión. El mayor error sería subestimar el problema del error y la mayor
ilusión sería subestimar el problema de la ilusión, en este enfoque, señala que
se torna necesario introducir y desarrollar en la educación el estudio de las
características cerebrales, mentales y culturales del conocimiento humano, de
sus procesos y modalidades, de las disposiciones tanto síquicas como culturales
que permitan arriesgar el error y la ilusión.
Ø
Los principios de un conocimiento
pertinente
Señala que el papel
del conocimiento es apreciar el entorno y sus relaciones de forma integral y
global, en el que el ser humano sea no sólo capaz de identificar los objetos,
sino aprehender de ellos y de su lugar en el marco de la naturaleza. Morín
motiva a los educadores a desarrollar la aptitud natural de la inteligencia
humana, la cual no es otra que la ubicación de las informaciones en un sistema
de interrelaciones que le dé sentido de pertenencia con el todo, pero que a la
vez devele la profundidad y razón de ser de las partes.
En este contexto,
Morín argumenta que el predominio de un conocimiento fragmentado según las
disciplinas impide a menudo operar el vínculo entre las partes y las totalidades
y debe dar paso a un modo de conocimiento capaz de aprehender los objetos en
sus contextos, sus complejidades, sus conjuntos. Es necesario enseñar los
métodos que permiten aprehender las relaciones mutuas y las influencias
recíprocas entre las partes y el todo en un mundo complejo.
Ø
Enseñar la condición humana
Resalta la misión que
tenemos en lograr desarrollar la inteligencia general para resolver problemas
usando el conocimiento de una manera multidimensional tomando en cuenta la
complejidad. Es una reflexión acerca de lo que es el hombre en su total
dimensión, de el ser humano es a la vez
físico, biológico, psíquico, cultural, social e histórico, en tal sentido,
expresa Morín, indicando que en toda esa composición del hombre está dispersa
la educación a través de las disciplinas, impidiendo una verdadera unidad que
permita reunir y organizar los conocimientos dispersos en las ciencias de la
naturaleza, las ciencias humanas, la literatura, la filosofía, entre otras.
Morín hace énfasis en este saber, y al cual nos suscribimos totalmente, es que
la unión entre la unidad y la diversidad de todo, es lo que se traduce en la
condición humana. Propone que es posible reconocer la unidad y la complejidad
humanas reuniendo y organizando conocimientos dispersos en las ciencias y
mostrar la unión indisoluble entre la unidad y la diversidad de todo lo que es
humano, ya que el hombre solo se completa como ser plenamente humano por y en
la cultura. No hay cultura sin cerebro humano
y no hay mente sin cultura.
Ø
Enseñar la identidad terrenal.
Este saber lo enfoca
Morín respondiendo a la necesidad de que el hombre conozca su lugar en el
universo, señala que el ser humano no podrá entender su realidad sólo
comprendiendo su condición humana, sino interpretando, e internalizando la
condición del mundo que hoy se muestra en una era planetaria, cuya fase actual
es la mundialización. A lo largo de la explicación que da acerca de este saber,
Morín hace énfasis en que la mundialización es uno de los problemas de nuestro
tiempo y de la necesidad de un pensamiento policéntrico por parte de la
educación para la identidad y la conciencia terrenal., que tenga la condición
de un universalismo no abstracto, sino consiente de la unidad-diversidad de la
condición humana.
Enfoca temáticas que
deben abordarse como la era planetaria en donde el mundo se vuelve cada vez más un todo, es
necesaria una noción más rica y compleja del desarrollo, que sea no sólo
material, sino también intelectual, afectivo, moral; las armas nucleares y los
nuevos peligros, la dominación desenfrenada de la naturaleza por la técnica conduce
a la humanidad al suicidio, entre otras.
Ø
Afrontar las incertidumbres.
Hace un llamado a la
educación, como sistema, a que se preocupe más por comprender el campo de las
incertidumbres pero desde la óptica de la certeza; es decir, que el educador
asuma la responsabilidad de generar estrategias alternativas ante los
acontecimientos o hechos inesperados, lo que debe ir acompañado con el
liderazgo transformacional para enfrentar con plenitud los cambios.
Ø
Enseñar la comprensión
Este saber genera la
respuesta a la necesidad de que el ser humano aprecie con sus sentidos el
conocimiento y no se quede en superficialidades. El diálogo es una vía para que
el hombre cultive su intelecto y comprenda la heterogeneidad y complejidad de
su mundo. A pesar de la amplitud en el ámbito de la información y la
comunicación, hay debilidad en la comprensión de los mensajes, por ello es
preciso enseñar a comprender.
Ø
La ética del género humano.
Morín aborda este
saber desde la perspectiva que la ética debe formarse en las mentes a partir de
la conciencia de que el humano es individuo- sociedad- especie. La educación
debe no sólo contribuir a una toma de conciencia de nuestra Tierra-Patria, sino
también permitir que esta conciencia se traduzca en voluntad de realizar la
ciudadanía terrenal. Enfoca la relación con el cumplimiento del deber de
enseñar a comprender, la educación debe conducir a un proceso constante de
interacción y comunicación entre el individuo-la sociedad-y la especie.
“Es necesario
aprender a navegar en un océano de incertidumbres a través de archipiélagos de
certeza”. (B. Fontal)Autora: Prof. Glenys Aro
Subprograma: Maestría
en Gerencia Educacional.
Cátedra: Sistema Educativo
Venezolano
Facilitador: Prof.
José Camejo
Estudiante:
Prof. Glenys Aro
LOS SIETES SABERES NECESARIOS PARA LA EDUCACIÓN DEL FUTURO
martes, 4 de diciembre de 2012
LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO (UNESCO)
LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO (UNESCO)
La Sociedad del Conocimiento ocupa un lugar estelar en la discusión actual en las ciencias sociales, se trata de un concepto que aparentemente resume las transformaciones sociales que se están produciendo en la sociedad moderna y sirve para el análisis de estas transformaciones, y al mismo tiempo, ofrece una visión del futuro para guiar normativamente como las acciones políticas que ha tenido una adaptación desigual en las diferentes áreas lingüísticas concurriendo también con otros términos como sociedad de la información, su expresión se refiere a la apropiación de la información para beneficio de las personas que se entiende como la aplicación de la información, filtrada y seleccionada, en actividades concretas, por lo cual el conocimiento es uno de los parámetros que gobierna y condiciona la estructura y composición de la sociedad actual y es, también, mercancía e instrumento determinante del bienestar y progreso de los pueblos (Mateo, 2006).
Por lo dicho, el concepto sociedad del conocimiento describe un proceso de creación, acumulación, distribución y depreciación del conocimiento, la mutación de conocimientos en contextos distintos al lugar donde nacieron y se caracteriza por el uso intensivo de tecnologías de información y comunicación para difusión; explotación económica de los conocimientos mediante innovación; y, transmisión de conocimientos mediante educación y formación (Vargas, 2005). Es importante resaltar, que los avances en educación, la innovaciones tecnológicas, la organización social, los flujos comerciales y adopción de las tecnologías de la información, características de nuestra sociedad demandan personas mejor educadas, entrenadas para insertarse en los proceso de producción e investigación, ante todo la UNESCO en el año 2009, acuñó el concepto de sociedad del conocimiento, caracterizado por cuatro principios clave, lo que señala la libertad de expresión, la educación de calidad para todos, el acceso universal a la información y, conocimiento y respeto de la diversidad cultural y lingüística.
Igualmente, la UNESCO pone de relieve el concepto de sociedad del conocimiento, porque destaca una dimensión humana en la sociedad de la información y una vocación pluralista que se preocupa por los derechos de los individuos y de los pueblos (según, Olivé, 2005); lo cual es posible el destino de las sociedades del siglo XXI, profundamente transformadas por el auge de las tecnologías de la información y la comunicación, será el de convertirse en sociedades del conocimiento porque serán sociedades en las que éste se comparta, también la toma de conciencia de la riqueza de los conocimientos de que dispone una sociedad exige una movilización de todos sus protagonistas; esa concienciación no debe limitarse a identificar lo que hoy en día se ha convenido en llamar “conocimientos autóctonos” o “tradicionales”, con vistas a su valorización o preservación específica; de tal modo, las sociedades del conocimiento solamente serán acreedoras de su nombre cuando el mayor número posible de individuos puedan convertirse en productores de conocimientos y no se limiten a ser meros consumidores de los que ya están disponibles actualmente.
Actualmente, vivimos en una época de cambios, que nos llevan cada día a mas transformaciones en la sociedad, de la inteligencia artificial y de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación , se trata de una nueva etapa de la sociedad industrial o estamos entrando en una nueva era, cualquier término que usemos, en el fondo, es un atajo que nos permite hacer referencia a un fenómeno actual o futuro, sin tener que describirlo cada vez; es importante resaltar que la noción de sociedad del conocimiento, surgió hacia finales de los años 90 y es empleada particularmente en medios académicos, como alternativa de algunos a “sociedad de la información”, no obstante, la UNESCO, en particular, ha adoptado el término “sociedad del conocimiento”, o su variante “sociedades del saber”, dentro de sus políticas institucionales, asimismo, ha desarrollado una reflexión en torno al tema, que busca incorporar una concepción más integral, no en relación únicamente con la dimensión económica, ya que expresa mejor la complejidad y el dinamismo de los cambios que se están dando, por lo tanto la característica distintiva de esta sociedad es que los conocimientos teóricos y servicios basados en el conocimiento se han convertido en componentes principales de cualquier actividad económica, es por ello, que la primera definición de la sociedad del conocimiento fue propuesta por Peter Drucker y Daniel Bell en la década de 1970 corresponde con la noción de Sociedad de la Información; aunque es innegable que la difusión mundial de información y la comunicación (TIC) ha creado nuevas condiciones para el surgimiento de las sociedades del conocimiento, la noción de sociedad del conocimiento no puede reducirse al concepto de Sociedad de la Información.
Si bien, se puede decir que la aparición de la sociedad del conocimiento depende de la Sociedad de la Información para su infraestructura, son las sociedades del conocimiento acerca de las capacidades para producir, procesar y difundir el conocimiento para el desarrollo, a este respecto, el sub-director general de la UNESCO para la Comunicación y la Información Abdul Waheed Khan dice "Sociedad de la Información es la piedra angular de las sociedades del conocimiento”, se pueden entender como las sociedades donde el conocimiento es el principal recurso de producción y la producción primaria de recursos para crear riqueza, la prosperidad y el bienestar de la gente, donde deben formarse individuos adaptables y críticos frente a las propuestas de un mundo diferente, capaces de comprender y organizar la complejidad de la información, que integren en su cultura los nuevos conocimientos pero también el impacto ético, social y ambiental que estos producen.
Subprograma: Maestría en Gerencia Educacional.
Cátedra: Sistema Educativo Venezolano.
Facilitador: Prof. José Camejo
Estudiante: Colinas Claudia
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